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Profesor de la Escuela Normal de Ixtlahuaca, de la licenciatura en educación preescolar

miércoles, 8 de junio de 2011


LA PRUEBA ENLACE; LO QUE SE VE, PERO SE IGNORA



En 1988 la revista nexos publicó un documental verdaderamente escalofriante para quienes estamos inmersos en el ámbito de la educación “México vive desde hace una generación una catástrofe silenciosa: su deterioro educativo” (Aguilar Camín, Guevara Niebla, Latapí, Cordera Campos, 1988) y era verdad, la falta de información ocultaba lo que en educación estaba ocurriendo.



Fue este el punto de partida para efectuar toda una serie de estrategias que en la actualidad nos permiten saber cómo andamos en educación: la implementación de la evaluación del desempeño docente desde Carrera Magisterial en 1992 con el Acuerdo Nacional Para la Modernización de la Educación Básica, La participación de nuestro país en la evaluación internacional que realiza la OCDE a través del Programme For International Student Assessment (PISA) desde el año 2000, la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en el 2002 por iniciativa del presidente Vicente Fox Quezada, y algunos esfuerzos particulares como Observatorio Ciudadano de la educación (OCE) fundada en 1998 o Educación a Debate y la actual prueba Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) de la Secretaría de Educación Pública.



Este último parece ser la mejor apuesta del gobierno federal para mejorar la calidad de la educación y de la vida de los mexicanos y tiene razón en la primera parte, no así en la mejora de la vida de los mexicanos, no olvidemos que desde los años 20s y 30s la educación era considerada como la panacea del progreso (Vázquez, 1981) y está demostrado que puede ser uno de los factores, pero no el esencial.



Algunos críticos, califican a la prueba ENLACE como discriminatoria, porque no se adapta a las características de toda la población mexicana (Aldo Muñoz Armenta, miembro de observatorio ciudadano, Gilberto Guevara Niebla, Alberto Arnaut, investigador de El Colegio de México) tonta, por ser una prueba de primera generación cuando ya hablamos de una tercera generación pues está demostrado que los test estandarizados son discriminatorias, un lenguaje de clase media y de redacción pésima (Ángel Díaz Barriga, académico del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación) insuficiente, porque no mide rubros importantes como la práctica de la lectura y la escritura y algunas otras habilidades matemáticas (Ciscomani Freaner, titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la Secretaría de Educación Pública), (www.educacionadebate.org).



Por otro lado, no escapa a nuestros oídos en la vida cotidiana cómo esta prueba ha sido un gran reto entre los maestros para obtener un buen puntaje y no así buenos aprendizajes en los niños; por ejemplo: algunas escuelas preparan a los niños para contestar el examen con repasos de los temas abordados, cercana la fecha a la aplicación, incluso es comercial la prueba pre ENLACE; otros tantos se pasan todo el ciclo haciendo pruebas con características parecidas (hoja de respuesta con óvalos y cuadernillo de preguntas) por cierto bastantes deficiente pues sólo evalúan los conocimientos y no las habilidades cognitivas propias del desarrollo de competencias. En casos peores hemos escuchado a pequeñitos y padres de familia decir que las respuestas se las dictaron los maestros que aplicaban el examen o la facilidad de las mismas para copiar.



Para el presidente de la república la prueba ENLACE es un ejercicio clave para fortalecer y conocer debilidades, para saber lo que debemos ajustar, mejorar o cambiar en la educación, pues sólo así, corrigiendo las fallas y fortaleciendo los aciertos es que vamos a avanzar en la transformación educativa, pero, ¿será posible esto sólo con un examen?, dice también que sin la realización de dicho examen no hay calidad educativa, y sin calidad lo único que avanza es la injusticia, es la inequidad, es la ignorancia, es prudente una pregunta para nuestro mandatario ¿cómo le hacemos para educar a los que ya fueron educados, a aquellos que están causando todos los problemas de estos días, desde los que abusando de la violencia alteran nuestras vidas con secuestros, drogas y homicidios, hasta los que están tras los escritorios de las propias dependencias federales, estatales y municipales, aquellos que ocultan sus bajos instintos, perversiones y ambiciones tras la faceta de servidores públicos; cómo educar a los supuestamente educados para alcanzar la justicia, o cómo le hacemos para que las escuelas de las comunidades rurales tengan baños, luz y otros medios que las escuelas de los centros urbanos tienen o cómo compensamos los distintos ámbitos culturales para que los niños hablen de realidades similares y pueda hablarse en las escuelas de equidad. Esas cosas no las resuelve un examen.



Además advierte que así como se evalúan a los niño, se van a evaluar a los maestros, que la evaluación universal del magisterio va a ser un complemento otra herramienta indispensable que será complementaria al esfuerzo que realiza ENLACE vamos a saber el conocimiento de nuestros estudiantes y también de nuestros profesores y el objetivo es el mismo, a partir de ello ver como podemos ayudar mejor a los maestros y las maestras del país para mejorar sus capacidades pedagógicas; me parece muy importante la evaluación a los maestros, sin duda será un gran incentivo de preparación, sin embargo hay asuntos que no necesitan capacitación sino atención por ejemplo: los sueldos, las prestaciones, el apoyo para vivienda, etc. un profesor gana como sueldo mínimo 171. 96 pesos en una hora de trabajo, un médico gana ¿600.00 pesos en la misma hora (la tarifa más baja por consulta es de $300 pesos) y un diputado, mejor así lo dejamos.



Quiero finalizar estas breves líneas invitándolos a una última reflexión, es cierto que la evaluación es un elemento que ayudará a mejorar los resultados del sistema educativo mexicano, pero invitemos a nuestras autoridades a no confundir su trabajo de servidores públicos con militantes de sus partidos, en estos tiempos de elecciones no obligar o permitir que los maestros abandonen sus aulas por asistir a mítines políticos en horas de trabajo; si realmente queremos observar avances en la educación, no queremos ver a los maestros de nuestros hijos sirviendo de maestros de ceremonias en los actos políticos o entregando despensas, bicicletas, cemento, etc. o simplemente en el papel de acarreados. ¡Es más!, hagamos un frente de conciencia ciudadana, si observa a los maestros de sus hijos en actividades políticas en tiempo de trabajo, tómele una foto con su celular y mándenosla a nuestra redacción.


Fuentes de consulta




  • Vázquez, Josefina Zoraida (1981) Ensayos sobre historia de la educación en México. El Colegio de México, México.
    Guevara Niebla, Gilberto (1988) La catástrofe silenciosa. Fondo de Cultura Económica. México.

  • www.educacionadebate.org

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola ta de la chin