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Profesor de la Escuela Normal de Ixtlahuaca, de la licenciatura en educación preescolar

viernes, 8 de junio de 2012

La interculturalidad. Una visión filosófica



En un intento por analizar las características de vida que le son propias a la región de influencia de nuestra escuela, es observable que nos movemos actualmente en una gran diversidad cultural, no sólo en la región sino en todo el país; anticipando que vemos a la cultura en dimensiones distintas, y no sólo desde la etnicidad, como se ha reducido desde algunos estudios, por ello la vemos desde: procesos culturales étnicos, lingüísticos, generacionales, de género, geográficas, etc., que hacen que la convivencia entre sujetos sea cada vez más compleja, consecuentemente, la educación más complicada en su proceso de concreción.

Una educación intercultural emerge como alternativa al importante reconocimiento de ser nuestro país una nación pluricultural (definida desde el artículo 2° de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos) así “la interculturalidad se presenta como un proyecto social amplio que intenta construir, desde otras bases, un esfuerzo por comprender y valorar al otro, de percibirlo como sujeto que impacta, a partir de su relación con la historia, con el mundo y la verdad, la propia identidad” (SEP 2007, Pág. 29) en esa urgente necesidad de hacer convivir a los sujetos desde las distintas diversidades culturales, no sólo étnica, como ya fue expuesto.

Por ello la urgente necesidad de preparar a quien tiene la responsabilidad de la educación en las aulas escolares; la pregunta que emerge en este contexto es ¿cómo formar para la interculturalidad? Y con ello la inmediata reflexión de, si el formar para la interculturalidad no refleja una posición de aculturación de quién forma; entonces es necesario pensar en un formar en la interculturalidad y desde la interculturalidad, es decir, asumir la posibilidad de que también el formador se forme en ese intercambio de ideas, en esa aceptación del otro, por ser el otro mismo y no el que se quiere que sea; por ello una primera posición clara es la intención de formar para, en y desde la interculturalidad.



La interculturalidad alternativa a la existencia del sujeto

Para este tipo de educación es de vital importancia un docente que sepa guardar silencio para escuchar al otro, a través del diálogo intercultural donde nunca se sabe quién es el otro antes de que éste hable y se le haya escuchado; donde la palabra del otro es, además, esencial para el mejor conocimiento de nosotros mismos. (Fornet, 2000)

Sin embargo la interculturalidad no puede ser comprendida, sino entendiéndola como una perspectiva de existencia de los sujetos, ello encierra una doble situación problemática; primero porque el hombre, a decir de Sartre (Villaseñor ,1950) es una existencia consiente que se hace así mismo, no es algo determinado, sino en constante construcción y auto formación, en la búsqueda de lo que llama libertad; una existencia en búsqueda constante, y por otro lado en esa esencia de sujeto de ser por pensar y pensarse, donde el pensamiento surge de la auto exigencia del mismo ser, autopoiesis, diría Maturana (2003) , en ambos casos hay una necesidad de movimiento, de cambio y éste se da en un tiempo y un lugar, o mejor expresado, en un contexto.

La interculturalidad, una aproximación desde la filosofía latinoamericana.

Es importante anticipar que desde nuestra visión, se entiende a la filosofía en la perspectiva que Dussel (2005) plantea, como un intento de organizar discursos reflexivos que permitan una cierta comprensión ético – ontológica de la totalidad de lo que se ha experimentado de la realidad , siguiendo metodológicamente diversos criterios de organizacionales según un orden racional en el discurso; por ello es importante ver primero a la interculturalidad como una posibilidad de diálogo entre culturas con filosofías distintas; como una postura o disposición por la que el ser humano se capacita y se habitúa para vivir sus referencias identitarias con otros, compartiéndose y entendiéndose en un proceso constante de reaprendizaje y reubicación cultural y contextual (Fornet – Betancourt, 2003).

El proceso de diálogo no sólo alude al habla de los sujetos sino también una escucha empática y al entendimiento de lo que se escucha y de lo que se habla en una relación de iguales, donde la necesidad va más allá de estar dispuesto al diálogo, también de asumir una postura frente a una realidad en proceso de reconstrucción a través de éste; para ello es necesaria una mediación a través de las referencias individuales que se van constituyendo en todas aquellos simbolismos que hacen que el sujeto sea él mismo y no otro, así como las referencias sociales que definen la pertenencia del sujeto a un grupo social.



La interculturalidad y la coexistencia de las culturas.

Es altamente discutido que la modernidad no es identidad propia de las culturas latinas, sino que éstas han sido arrastradas por los embates de este fenómeno (Dussel, 2005, Fornet – Betancourt, 2003, Ceruttiguldberg, 2000, Zemelman, 2006) desde varios procesos como el neoliberalismo, la globalización, la misma posmodernidad, generando con ello el desapego a una filosofía emanada de las culturas latinas, mexicanas o específicamente mexiquenses (pues no hay que olvidar que en nuestro estado convergen al menos cinco grupos étnicos: mazahuas, otomíes, matlatzincas, tlahuicas y náhuatl) así como las distintas referencias identitarias como el género, las generaciones, el lenguaje (no necesariamente idiomático) etc. Y, consecuente una violencia simbólica y física que afecta enormemente en el desarrollo del sujeto, notablemente visible en la aulas escolares, en esta idea de vivir la diversidad con un enfoque intercultural. ¿Por dónde comenzamos?.

Para Leopoldo Zea (1976) la filosofía de la liberación es una alternativa a seguir bajo un pensamiento que fuese expresión de nuestra realidad y no un nuevo intento de imitación. Ya que toda imitación conducía, simplemente, a nuevas subordinaciones, como lo está mostrando la historia de nuestra cultura, ideas, pensamiento y filosofía. La necesidad de fortalecer una conciencia histórica (Zemelman, 2000) a partir de las propias circunstancias como la revolución de 1910, lo movimientos estudiantiles y obreros, las arrogancias partidistas, el movimiento Zapatista, el cuidado del ambiente, los movimientos del homosexualismo, de las prostitutas, la violencia generada por el narcotráfico, la pobreza, la marginación; para entonces reconstruirnos como una futura cultura trans - moderna, que asume los momentos positivos de la modernidad, pero evaluados con criterios distintos, con una pluriversidad rica fruto de un auténtico diálogo intercultural, que debe tomar claramente en cuenta las asimetrías existentes (Dussell, 2005) generacionales, de género, lingüísticas, étnicas, etc., con un sentido transversal, es decir que debe considerar a los hasta ahora no considerados, y no un mero diálogo entre eruditos del mundo académico o institucionalmente dominante. Debe ser un diálogo intercultural que no presupone la ilusión de la simetría inexistente entre las culturas, solo así se logrará una coexistencia de identidades culturales, de culturas locales, nacionales y latinas.

Bibliografía consultada

• Abelardo Villegas (1979) La filosofía de lo mexicano. UNAM, Méx.

• Antonio Ibarguengöitta (2004) Filosofía Mexicana. En sus hombre y en sus textos. Edit. Porrua. Méx.

• Dussel, Enrique (2005) Transmodernidad e interculturalidad (interpretación desde la filosofía de la liberación) UAM – IZ, México.

• Hugo Zemelman (2006) El conocimiento como un desafío posible. IPN, México.

• Hugo Zemelman (2006) El conocimiento como un desafío posible. IPN, México.

• Hugo Zemelman (2009) Uso crítico de la teoría. En torno a las funciones analíticas de la totalidad. IPN, IPECAL. México (segunda edición)

• Humberto Maturana R. Francisco Barela. G. (2003) El árbol del conocimiento, las bases biológicas del entendimiento humano, Edit. Universitaria y LUMEN. Buenos Aires.

• Maerk, Johannes y Cabrolié Magaly (1999) ¿Existe una Epistemología latinoamericana? Construcción del conoicimiento en América Latina. Universidad de Quinta Roo y Plaza y Valdez Editores, Méx.

• Raúl Fornet Betancourt. La filosofía y la interculturalidad. Catedrático de la Universidad de Aachen, Alemania ponencia dada el 30 de agosto del 2000 en el Coloquio sobre diálogo intercultural organizado por la OEI en México.

• SEP (2007) políticas y fundamentos educación intercultural bilingüe en México, Méx. D. F. Segunda reimpresión.

• Villaseñor Sánchez, José (1950) Introducción al pensamiento de Jean Pul Sartre. Edit. Jus. México

• Zea, Leopoldo (1976) El pensamiento latinoamericano. Edit. Ariel, México D. F. (segunda edición)



 

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